Fatiga


La fatiga tiene múltiples formas. La fatiga física puede implicar dificultades para iniciar o mantener una actividad, mientras que la fatiga mental incluye una reducción de la concentración, la memoria o la estabilidad emocional.
Se traduce en 7 millones de visitas al consultorio al año.
Del 6 al 7,5% de la población. Sin embargo, si les preguntas a los trabajadores, el 38% declarará que se ha cansado en las últimas 2 semanas.
La fatiga aumenta el riesgo de accidentes, lesiones y de desarrollar problemas médicos crónicos.
Síntomas
¿Cuándo debe hablar con un médico sobre el agotamiento o la fatiga?
Si tiene una infección u otra afección médica o psicológica diagnosticada, es de esperar que sienta cierta fatiga aguda. Sin embargo, si notas una fatiga que dura más tiempo o no tiene una causa física o emocional clara, probablemente sea aconsejable hablar con tu proveedor de atención médica.
Con demasiada frecuencia, los médicos atienden a personas con síntomas prolongados que podrían haberse beneficiado de una evaluación más temprana. Si bien la fatiga no siempre tiene una causa obvia, las personas tienden a normalizarla y a demorar en hablar sobre ella.
¿Existe un período de tiempo o un grado de fatiga que sea preocupante desde el punto de vista médico?
La fatiga que dura más de un mes nos inspira a investigar más a fondo, especialmente si no entiendes por qué ocurre. El aumento de la gravedad o la aparición de síntomas nuevos al mismo tiempo o que parecen estar relacionados con el cansancio también merecen una consulta con un médico.
Causas
¿Cuáles son algunas de las causas más comunes de fatiga?
Los factores que contribuyen al estilo de vida incluyen tanto la falta de ejercicio como el ejercicio excesivo, así como las deficiencias dietéticas y nutricionales, la falta de sueño, el estrés crónico y, en algunos casos, la inflamación crónica debida a problemas metabólicos sistémicos o intolerancias alimentarias.
La ansiedad y la depresión son los factores de salud mental más comunes que causan fatiga. Uno de los factores que contribuyen a ambas afecciones es la interrupción del sueño, tanto en cantidad como en calidad.
En la ansiedad, el sistema nervioso simpático (la respuesta de lucha o huida) se activa con más frecuencia. Esa liberación constante de adrenalina redirige la energía al cerebro a expensas de otros sistemas del cuerpo, y esto se manifiesta como agotamiento.
Más allá de los problemas para dormir, la razón de la fatiga en la depresión no está del todo clara. Algunos expertos consideran que la causa es el aumento de energía que se necesita para funcionar y realizar tareas mientras se está deprimido.
La lista de afecciones físicas que contribuyen a la fatiga es extensa, pero algunas comunes son la anemia, el hipotiroidismo, la apnea del sueño, la diabetes, el VIH y la mononucleosis. Los efectos secundarios de los medicamentos también figuran en la lista.
¿Cuáles son las deficiencias nutricionales más comunes relacionadas con la fatiga y por qué nos cansan?
Los glóbulos rojos transportan oxígeno por todo el cuerpo. Una reducción de los glóbulos rojos o de su capacidad para funcionar significa que se distribuye menos oxígeno a los tejidos corporales, lo que provoca fatiga.
Las vitaminas B12 y B9 (folato) son necesarias para la producción de glóbulos rojos, por lo que los niveles bajos de ambas vitaminas pueden provocar fatiga. Las personas mayores son particularmente susceptibles a tener niveles bajos de vitamina B12 debido a la atrofia gástrica o la anemia perniciosa, una afección autoinmunitaria que se vuelve más común con la edad.
El bajo contenido de hierro es otra causa nutricional común de fatiga. Esto puede deberse a la pérdida de sangre, la reducción de la ingesta de hierro o la mala absorción del hierro. Todas estas cosas hacen que las reservas de hierro sean bajas y, con el tiempo, que el hierro sea insuficiente para la producción de hemoglobina (la proteína que transporta el oxígeno dentro de los glóbulos rojos). Las reservas muy bajas de hierro pueden provocar fatiga incluso antes de que se produzca la anemia.
Además de la falta de sueño, ¿qué otros problemas del sueño causan fatiga?
La apnea del sueño y el insomnio son los culpables más comunes. La apnea del sueño es una afección infradiagnosticada que impide un sueño reparador normal debido a las interrupciones en los patrones respiratorios nocturnos.
Las piernas inquietas, la narcolepsia y los trastornos del ritmo circadiano pueden causar fatiga y todos tienen una sintomatología única.
¿Cuál es la relación entre la mononucleosis y la fatiga?
La mononucleosis suele ser causada por el virus Epstein Barr y, en ocasiones, por otros virus. Uno de los síntomas de la infección por estos virus es la fatiga intensa.
¿La edad o el sexo pueden ayudar a determinar las causas probables de la fatiga?
Absolutamente. Las mujeres tienen más probabilidades de sufrir anemia (debido a la menstruación) e hipotiroidismo y, por lo general, presentan fatiga con más frecuencia que los hombres.
La fatiga relacionada con el embarazo se debe principalmente a cambios hormonales en el primer trimestre. La fatiga del tercer trimestre se atribuye con mayor frecuencia al exceso de peso y a las dificultades para dormir que conllevan los cambios en el cuerpo.
La edad avanzada aumenta el riesgo de padecer la mayoría de las causas de fatiga. La deficiencia de vitamina B12, como se mencionó anteriormente, es más común en la vejez. Las afecciones médicas crónicas, como las enfermedades cardíacas y el uso de medicamentos, también se vuelven más comunes a medida que envejecemos, lo que provoca un aumento de la fatiga asociada.
El estrés y los problemas para dormir suelen fluctuar a lo largo de la vida, pero es probable que sean más frecuentes en las etapas en las que la vida profesional y familiar compiten con la salud personal como prioridades.
Diagnóstico
¿Hay signos físicos que indiquen ciertas causas de fatiga?
Los problemas de la tiroides pueden incluir hinchazón del cuello, sensación de frío inusual, aumento de peso involuntario o latidos cardíacos acelerados. La dificultad para respirar o la disminución de la tolerancia al ejercicio pueden indicar anemia. Pensamos en problemas cardíacos o hepáticos si hay hinchazón en el abdomen o las piernas. Un nuevo soplo cardíaco puede indicar la presencia de una endocarditis (infección de una válvula cardíaca). La debilidad muscular u otros problemas neurológicos pueden ser un signo de enfermedades neurológicas. La inflamación de los ganglios en una persona con antecedentes de cáncer nos hace pensar en hacer un seguimiento del tumor.
¿Qué pruebas de laboratorio son más informativas en un diagnóstico de fatiga?
Un hemograma completo (CBC) examina los glóbulos blancos y rojos para descartar anemia e infección. Cuando se sospecha que la anemia de una persona se debe a una deficiencia de nutrientes, lo siguiente que hay que medir son los estudios de hierro, los niveles de vitamina B12 y los niveles de folato.
La función hepática y renal, así como los niveles de electrolitos, nos ayudan a evaluar esos órganos y a buscar signos de desequilibrio electrolítico.
Las pruebas tiroideas descartan la disfunción tiroidea. La prueba del VIH tiene sentido para las personas en riesgo y se recomienda para todos los adultos al menos una vez en la vida. La ESR o la PCR, que son marcadores inflamatorios, pueden ser útiles cuando nos preocupan afecciones inflamatorias específicas.
Una persona con síntomas infecciosos, como inflamación de los ganglios y dolor de garganta, puede necesitar hacerse pruebas para detectar la mononucleosis u otras infecciones que se sabe que tienen períodos de recuperación prolongados. Si alguien está atrasado en las pruebas de detección rutinarias recomendadas (como las pruebas de detección del cáncer de colon), esto también es útil.
¿Qué es la fatiga crónica?
La fatiga crónica es cualquier fatiga que dura más de seis meses. Inicialmente, deben evaluarse y abordarse las razones médicas y psicológicas de la fatiga, si las hay. Si la fatiga persiste a pesar de ello y no se ajusta a la definición del síndrome de fatiga crónica (CFS), se considera fatiga idiopática, lo que significa que se desconoce la causa.
¿Qué pasa con el síndrome de fatiga crónica?
El síndrome de fatiga crónica (también conocido como encefalomielitis miálgica/CFS) es una enfermedad compleja con criterios diagnósticos específicos y múltiples causas posibles. Por lo general, se diagnostica en adultos jóvenes o de mediana edad, y en mujeres con más frecuencia que en hombres.
Por lo general, se presenta como una fatiga abrumadora (un tipo que empeora con el esfuerzo), un sueño poco reparador y otros síntomas cognitivos o físicos. Los criterios diagnósticos son específico y las recomendaciones de la sección Tratamiento/Prevención que figura a continuación no se aplican al síndrome de fatiga crónica.
Tratamiento y prevención
¿Qué puede hacer si cree que su fatiga se debe a la depresión, el estrés o la ansiedad?
Si la fatiga coexiste con uno de estos, tiene sentido abordar primero la depresión, el estrés o la ansiedad y luego hacer un seguimiento de la fatiga a medida que mejora el problema de salud mental.
Los médicos astutos suelen preguntar sobre la salud emocional como un posible factor que contribuye a la fatiga. Si hay síntomas de depresión, aunque es posible que no cumplas con todos los criterios de diagnóstico de la depresión, se recomienda el tratamiento.
Si no se encuentran las causas médicas de la fatiga, ¿qué se puede hacer para ayudar a recuperar la energía?
Como punto de referencia, establezca metas específicas y reúnase periódicamente con un proveedor de atención médica para revisar su progreso.
Ejercicio es una excelente opción que parece tener beneficios para disminuir la fatiga. Comience con un ejercicio ligero que pueda hacer al menos 3 veces por semana, aumentando a medida que lo tolere. Se cree que la mejora de la energía se debe a un efecto directo sobre el sistema nervioso central, independientemente de la aptitud aeróbica.
Terapia cognitivo-conductual, que se centra en cambiar las creencias y los comportamientos que pueden afectar los síntomas y retrasar la recuperación, también puede ser útil. Esto no significa que la fatiga sea psicológica, sino que podemos usar la TCC para optimizar nuestra respuesta psicológica y mejorar el funcionamiento.
Optimizar el sueño también puede ayudar. El enfoque específico dependerá del problema del sueño.
Siga una dieta rica en nutrientes con alto contenido de frutas y verduras, bajo índice glucémico y bajo contenido de azúcar y cafeína para mantener su energía. Una cantidad adecuada de proteínas, pero no en exceso, puede ayudarte a optimizar tu energía. Se digiere lentamente, lo que contribuye a la saciedad y puede reducir la dependencia de los alimentos con alto contenido de carbohidratos como fuente de energía a corto plazo.
Controlar el estrés también puede ser muy útil. El enfoque óptimo depende de la fuente del estrés, y resolver el factor de estrés principal es el enfoque más exitoso. Aparte de eso, escribir un diario, meditar y pasar tiempo en la naturaleza son solo algunas de las muchas opciones para aliviar el estrés.
Algunas hierbas también son prometedores para mitigar los efectos del estrés que conduce a la fatiga. La rhodiola rosea ayuda a mejorar la atención, la función cognitiva y el rendimiento mental. La Schizandra chinesis y el Eleutherococcus senticoscus ayudan a aumentar la resistencia y el rendimiento mental. En general, estos hierbas adaptogénicas trabajan para proteger contra el estrés mediante la regulación de los mediadores moleculares de la respuesta al estrés. Proporcionan otra herramienta para optimizar nuestra adaptación al estrés, lo que debería traducirse en una mejora de la fatiga.
Enlaces útiles
Criterios de diagnóstico para el síndrome de fatiga crónica (Instituto de Medicina)
Polisomnografía en caso de fatiga (elegir sabiamente)
Prevalencia de la fatiga y el síndrome de fatiga crónica (Archives of Internal Medicine)
El ejercicio como cura para el agotamiento (NY Times)
Conéctese con nuestros médicos
El Dr. Andrew Cunningham y la Dra. Jade Schechter son miembros del equipo clínico de Galileo. Hable con uno de nuestros médicos sobre la fatiga o cualquiera de las muchas otras afecciones que tratamos.