La forma en que usted piensa sobre una situación influye grandemente en cómo se siente al respecto — y en su estado de ánimo general.
Por ejemplo, si una amigo llega tarde a una cita y no se ha comunicado, usted podría:
- Pensar que está siendo grosero y egoísta.
- Preocuparse por su seguridad.
- Aprovechar el tiempo para ponerse al día con sus correos electrónicos y no darle demasiada importancia.
Cada reacción puede provocar emociones distintas. La primera podría generar enojo y resentimiento; la segunda, preocupación y ansiedad. En cambio, en la tercera situación, usted podría sentirse tranquila y en calma.
Use estas técnicas para cambiar sus pensamientos y, a su vez, mejorar su estado de ánimo. Practíquelas con constancia y, con el tiempo, irá cambiando sus patrones de pensamiento.
1) Desarrolle la conciencia de sus pensamientos
- Comience por tomar conciencia de lo que piensa.
- Note en qué está pensando y cómo eso afecta su estado de ánimo.
- Este es el primer paso para lograr un cambio.
2) Cuestione los pensamientos negativos.
- Cuando note pensamientos negativos o poco útiles, pregúntese si realmente son ciertos.
- Pruebe con preguntas como: “¿Este pensamiento se basa en hechos o suposiciones?” o “¿Qué evidencia tengo que lo respalde o lo contradiga?”
3) Practique la autocompasión.
- Sea amable consigo misma y reconozca que todas las personas tienen este tipo de pensamientos de vez en cuando.
- La autocompasión puede ayudarle a evitar que los pensamientos negativos afecten sus emociones.
- Lea más sobre la autocompasión aquí.
4) Busque apoyo.
- Si le cuesta cambiar sus pensamientos por su cuenta, considere hablar con una terapeuta o consejera. Pueden ofrecerle estrategias y apoyo adaptados a sus necesidades.
Hágase estas preguntas:
- ¿Qué experiencias pasadas muestran que este pensamiento no siempre es cierto?
- Si un amigo cercana tuviera este pensamiento, ¿qué consejo le daría?
- ¿Estoy haciendo que la situación parezca peor de lo que realmente es?
- ¿Estoy suponiendo que sé lo que piensan los demás?
- ¿Hay cualidades o aspectos positivos sobre mí misma o sobre la situación que podría estar pasando por alto?
Estas preguntas pueden ayudarle a ver las cosas desde otra perspectiva y darle más claridad.
Aprender a cambiar sus pensamientos negativos puede mejorar su estado de ánimo y ayudarle a disfrutar su embarazo.

